La carne de cerdo es perfecta para la alimentación infantil por su contenido energético equilibrado y su aporte de proteínas, vitaminas y minerales esenciales. Es una carne ideal para introducir en la alimentación semanal a cualquier edad.
No solo es beneficiosa para los niños, la carne de cerdo es buena para la dieta de las embarazadas. Las vitaminas B12, B1 y minerales como el zinc son esenciales para el correcto desarrollo del feto, la B12 ayuda en la replicación celular y el hierro evita posibles casos de anemia.
La etapa infantil es una edad de gran gasto energético y necesidades nutricionales. Los niños están en pleno desarrollo y pasan muchas horas en el colegio o en actividades extraescolares. La alimentación les proporciona un correcto crecimiento y funcionamiento del organismo, por ello ha de contener todos los grupos de alimentos en cada una de las raciones recomendadas.
El cerdo en la alimentación complementaria del lactante
Después de los 6 meses de lactancia exclusiva que recomienda la OMS, se introduce poco a poco la alimentación complementaria, fundamentalmente para reponer las reservas de zinc y hierro, nutrientes de los que la carne de cerdo es una importante fuente. También es baja en grasa y de muy fácil digestión.
La carne de vacuno, sin embargo, debido a su alto contenido en colágeno es de más difícil digestión, aportando además grasas saturadas. Por esto, se suele introducir en la alimentación del bebé la carne blanca en primer lugar.
De las carnes blancas, la carne de cerdo es una muy buena opción para el bebé lactante que comienza con alimentos sólidos. El solomillo de cerdo, por ejemplo, jugoso y sin nervios, picado, en puré o en trocitos para que el niño los chupe sería una elección saludable.
A partir de los 12 meses, el jamón cocido y el jamón serrano (en pocas cantidades por su contenido de sal) facilitan muchas meriendas pues a esta edad les gusta mordisquear pan y les ayuda en el proceso de dentición masticar alimentos más duros.
Una dieta saludable para niños y adolescentes incluye carne de cerdo
Lo recomendable es que la base de su alimentación sean los hidratos de carbono, es decir pasta, arroz, pan, etc. mejor si son integrales. Seguidos de un abundante consumo de verduras y cinco raciones de fruta y hortalizas diarias. Además, esto se debe complementar con un consumo de proteínas magras, como la carne de cerdo, de 3 a 4 veces por semana, alternando entre las fuentes animales y vegetales, y utilizar el aceite de oliva virgen extra como grasa principal para cocinar y aliñar. Además, se aconseja moderar el consumo de carnes grasas de una a dos veces por semana y dejar los alimentos con gran contenido en azúcar únicamente para de vez en cuando.
Por otro lado, también es importante la distribución de las comidas a lo largo del día. Lo más recomendable es hacer 5 comidas al día.
Es aconsejable comenzar con un desayuno completo, que incluya un lácteo, cereales o tostadas (mejor integrales) y una pieza de fruta o zumo natural. Este desayuno se debe completar con el almuerzo de media mañana, que les ayuda a mantener la energía en el colegio y a controlar el hambre hasta la hora de la comida. Una buena opción es un bocadillo de jamón serrano o cocido, de queso fresco o alguna otra proteína magra acompañado de un lácteo o una pieza de fruta. Lo mismo para la hora de la merienda.
La comida también ha de contener una fuente proteica, cereales y verduras.
Sin embargo, la cena ha de ser más suave. Lo ideal es optar por verduras acompañadas de un filete de carne magra o de pescado a la plancha.
En este sentido, la carne de cerdo de capa blanca tiene muy buenas propiedades para los niños tanto para las comidas principales como para los bocadillos del almuerzo y la merienda. Algunos cortes como el lomo, son fuente de proteínas magras de calidad que ayudan al aumento y conservación de los músculos y aportan distintas vitaminas y minerales esenciales para el organismo, como el fósforo, el zinc o vitaminas del grupo B como la B1, B2, B3 y B6.
En la alimentación del niño y el adolescente el cerdo juega un papel clave por su contenido en grasas saludables, proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales. En esta etapa, cargada de actividad física y mental, el niño necesita un buen aporte nutricional para el correcto desarrollo de su organismo y crecer de forma sana.
A los niños les gusta especialmente por su sabor suave y su textura tierna, fácil de masticar. Introducir la carne de cerdo en la alimentación de los más pequeños supone ofrecerles una dieta sana y variada. La versatilidad de esta carne, que permite cocinarla de muchas maneras, facilita su incorporación al menú diario.
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