En los días cálidos o cuando simplemente apetece algo ligero pero sabroso, nada supera a un buen tentempié frío. Y hoy queremos recomendarte una receta que destaca por su sencillez, elegancia y, sobre todo, su sabor: ensalada con prosciutto, tomates cherry, queso curado y hojas frescas.
¿Por qué esta receta?
Esta combinación no solo es visualmente atractiva, sino que mezcla sabores que se complementan perfectamente. El prosciutto —ese jamón curado de origen italiano— aporta un toque salado y suave que equilibra con la dulzura de los tomates maduros. Al incorporar un buen queso (como el parmesano o el manchego curado) y una base de hojas verdes como rúcula o espinaca baby, se obtiene una mezcla perfecta entre frescura, intensidad y textura.
Ingredientes recomendados
- 100 g de prosciutto (jamón curado tipo italiano)
- Un puñado generoso de tomates cherry, cortados a la mitad
- 50 g de queso curado rallado o en lascas
- Hojas verdes (rúcula, espinaca baby o una mezcla de ambas)
- Aceite de oliva virgen extra
- Reducción de vinagre balsámico (opcional pero muy recomendable)
- Sal marina y pimienta negra recién molida al gusto
Cómo prepararla
- Prepara la base de hojas verdes
- Comienza seleccionando una mezcla fresca de hojas como rúcula, espinaca baby, canónigos o incluso escarola para un toque más crujiente.
- Lava bien las hojas bajo agua fría para eliminar cualquier impureza o resto de tierra.
- Sécalas con una centrifugadora de ensaladas o con papel absorbente para que no agüen el aliño.
- Coloca las hojas secas en una ensaladera grande como base del plato.
- Añade los tomates
- Escoge tomates cherry bien maduros, que estén dulces y jugosos.
- Córtalos a la mitad (o en cuartos si son muy grandes) para que liberen su jugo y se integren mejor en cada bocado.
- Reparte los tomates cortados sobre la cama de hojas verdes procurando que queden bien distribuidos.
- Integra el prosciutto
- Elige un prosciutto de buena calidad, que tenga un equilibrio entre carne y grasa.
- Corta cada loncha en tiras medianas, lo suficiente para que se noten pero no dominen en cada bocado.
- Coloca las tiras de forma delicada sobre la ensalada. Puedes enrollarlas ligeramente para dar volumen y mejorar la presentación.
- Agrega el queso
- Utiliza un queso curado que aporte intensidad. El parmesano, pecorino o manchego curado son ideales.
- Puedes rallarlo grueso o mejor aún, usar un pelador para sacar finas lascas que se derritan ligeramente al contacto con los ingredientes frescos.
- Espárcelo por toda la ensalada, asegurándote de que cada rincón tenga un poco de ese toque sabroso.
- Prepara y aplica el aliño
- En un cuenco pequeño, mezcla 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, una cucharadita de sal marina, un poco de pimienta negra recién molida y, si te gusta, unas gotas de jugo de limón para acidez.
- Si prefieres un toque gourmet, añade una cucharadita de reducción de vinagre balsámico (puede ser de frambuesa o manzana para un toque frutal).
- Bate bien la mezcla hasta emulsionar y vierte con suavidad sobre la ensalada justo antes de servir, para no marchitar las hojas.
- Presentación
- Sirve en una bandeja plana si es para compartir o en platos individuales si buscas una presentación más cuidada.
- Puedes decorar con nueces troceadas o unas hojas de albahaca para darle un toque final y más aroma.
- Acompaña con un pan rústico o unas tostadas de pan integral para completar la experiencia.
Ideal como entrante o cena ligera
Esta ensalada es ideal para ofrecer como entrante elegante en una comida especial o incluso como cena ligera y rápida. Además, es una receta muy flexible: puedes agregar frutas como higos o peras, frutos secos como nueces, o cambiar el tipo de queso según tu gusto.
Una opción ligera que celebra la carne de cerdo
El prosciutto, como derivado de la carne de cerdo curada, es una forma refinada de disfrutar este ingrediente tan versátil. Esta receta resalta cómo la carne de cerdo también puede formar parte de platos frescos y saludables, sin necesidad de cocciones largas o preparaciones pesadas.
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